
DESDE HACE VARIAS SEMANAS puede encontrarse en librerías físicas y virtuales el libro Luz del Norte: Victor Sjöström y la edad de oro del cine sueco, que sucede en mi bibliografía al dedicado en su día a otro maestro del arte escandinavo, el danés Carl Dreyer.
Las tres partes de que consta el título resumen su contenido, centrado en la figura del gran cineasta sueco Victor Sjöström. Alrededor de su aventura personal se entretejen otras historias fascinantes, relacionadas con sus compañeros de viaje, entre ellos su amigo, el malogrado Mauritz Stiller, el productor Charles Magnusson, los escritores Selma Lagerlöf y Hjalmar Bergman, los operadores Julius y Henrik Jaenzon, y un grupo irrepetible de actores y actrices que hace un siglo pusieron rostro al idilio del cine sueco.
Aquellos fueron años especialmente difíciles. Porque mientras el cine nórdico iluminaba las pantallas, la guerra se cobraba millones de vidas, la carestía y el hambre asolaban a las familias, y el mundo rural moría para dejar paso a otro, moderno e industrializado, del que cine formaba parte. No es necesario subrayar el genio visionario de Sjöström: varios de los males que hoy nos afligen (desde el hambre a las pandemias, pasando por la indefensión de los pobres, el desempleo, la violencia intrafamiliar o los desahucios) se encuentran ya en su cine.

Que libro y lector se den cita, después de casi dos décadas, ha sido posible no solo gracias a la obstinación de quien suscribe, sino a la arriesgada iniciativa de Shangrila Textos Aparte, que publica la obra dentro de su colección «Trayectos«.
Es ya una costumbre que la reseña de una obra propia venga acompañada por la letanía del tiempo empleado y el esfuerzo invertido. En mi caso, además, la explicación debería extenderse a los múltiples obstáculos encontrados en el camino, obstáculos que aunque adoptan múltiples disfraces (claudicación, desidia, cobardía, renuencia, ineptitud) ocultan una única realidad, firmemente arraigada en nuestra «cultura»: la mediocridad. Siempre ella. Puedo ahorrar al lector avisado la crónica de mis avatares, convencido de que el propio libro le suministrará el contexto en que ha sido realizado.
Prologado por Miguel Marías, el volumen consta de veintiún capítulos, comprendidos entre una sección introductoria y la bibliografía básica con que se cierra. A lo largo de 620 páginas desfila la memoria de una cultura que conoció su esplendor cinematográfico en un corto pero intenso periodo, el que va desde los albores de la Primera Guerra Mundial hasta la marcha a Hollywood de sus dos grandes figuras, Mauritz Stiller y Victor Sjöström. Tras los primeros capítulos, encontrará el lector detallados análisis de películas legendarias como Ingeborg Holm, la rediviva Judaspengar, Dödskyssen (El beso de la muerte),Terje Vigen, Berg-Ejvind och han hustru (Los proscritos, del que hay un avance en la entrada previa de este blog),Tösen från Stormyrtorpet (La hija de la turbera), Ingmarssönerna (La voz de los antepesados), Karin Ingmarsdotter (El reloj roto), Mästerman o la mítica Körkarlen (La carreta fantasma).
La obra ha sido excelentemente editada, con un formato y presentación que no solo responde a la idea original del autor sino que ha encontrado ya el beneplácito de sus primeros lectores. Con el propósito de facilitar la lectura, el análisis de cada película viene recogido en capítulos individuales, lo que permite tanto la lectura novelada del conjunto como el tránsito por cualquiera de sus estaciones. Iniciado o novel, el viajero puede subirse al tren o apearse libremente en cualquier punto del trayecto, haciendo o deshaciendo las rutas propuestas
Durante años correspondió al autor, como luego a los editores, hacer lo posible para que un texto de estas características llegase a su destino. Queda ahora en manos del público que otros empeños semejantes tengan continuidad o no perezcan en el intento. ♠
Quienes deseen adquirir el libro puede hacerlo, además de por las vías ordinarias, a través de la web oficial del editor: http://www.shangrilaediciones.com
Enlace directo: https://shangrilaediciones.com/producto/luz-del-norte-victor-sjostrom-y-la-edad-de-oro-del-cine-sueco/
Y enlace directo al blog de Shangrila, con información adicional y ficha técnica del libro:
https://www.shangrila-blog.com/2021/10/novedad-i-luz-del-norte-victor-sjostrom.html
Encargándolo a una librería en cuanto conocí hace unas semanas su salida, debo de ser de los primeros que han conseguido el libro. A la par que lo leo voy revisando (o descubriendo en alguna ocasión) las obras de Sjöström. El libro, por su riqueza y rigor, es impresionante, a la altura de lo que merece el creador sueco, ese genio tan portentoso como injustamente olvidado. A punto de revisar «El monasterio de Sendomir», puedo decir que prácticamente todas (desde «El jardinero» a «Karin Inmagrsdotter») son obras maestras deslumbrantes, asombrosas por su inteligencia, belleza y emoción.
Enhorabuena, José Andrés, por lo que has escrito y por traer a la palestra a este titán.
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Muchas gracias, Rodrigo. Lo importante, a fin de cuentas, son las películas, y el hecho de que encuentren espectadores como tú. Si además esos espectadores devienen lectores atentos, miel sobre hojuelas. Respecto al injusto olvido del que hablas, las culpas están muy repartidas, pero empiezan por el país de origen, tan correcto, «avanzado» y empeñado en enterrar a sus glorias como el nuestro.
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Pues es bastante triste. ¿Sabes cuántas películas de Strösjöm tienen sin sacar aún a la luz pública?
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Muy sencillo. Si por luz pública entiendes más allá de un par de festivales y otras tantas cinematecas, TODAS menos las que han vendido a Netflix y plataformas de internet («Ingeborg», «Terje», «Berg-Ejvind», «Karin Inmargsdotter») más «Körkarlen» (comercializada en su día por Criterion). «Logro» que hay que apuntar en el haber de ese simpático binomio formado por Svensk Filmindustri y Svenska Filminstitutet.
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Aunque sea solo un poco, la alegría y el descanso también es para quienes no hemos escrito una palabra pero vemos el libro ya editado por fin tras no pocas veces que se resistía a dejar de ser habitante reticente de un cajón,
No uno cualquiera, de los que solo tienen una copia de la llave.
Resulta irónico que parezca sencillo, ya ves.
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Muchas gracias también a ti, Jesús. Lo agradezco especialmente viniendo de alguien que goza de merecido eco y que bien podía inhibirse o ponerse de lado ante el trabajo de otro. Te espero ahora como lector, abierto a tus críticas, a vuestras críticas.
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En el mundillo del cine sigue demasiado vigente la teoría de la eficiencia del «mercado», que lleva a pensar que lo que no tiene valor comercial carece de valor alguno. El cine mudo, dejando aparte unos pocos clásicos de la comedia o el expresionismo, parece fuera de casi todas las hojas de ruta. Sjöström fue uno de sus mayores artífices, así que me sumo a las felicitaciones.
Lo primero son las películas, evidentemente; pero también necesitamos hablar sobre ellas, y la conversación silenciosa que se da entre autor y lector es uno de los mejores estímulos para la memoria y el reencuentro.
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Muchas gracias, Javier. Evidentemente, no se lleva a cabo un trabajo así esperando recompensas o ansiando ocupar nichos; si Victor Sjöström (como, no nos engañemos, casi todos los grandes cineastas) ha quedado fuera de las hojas de ruta, lo siento por esas guías y por quienes las utilizan. Mi lector es otro: no la tribu cinéfila, sino el espectador de cine; no el grupo, sino la persona. En este sentido, espero haber propiciado esa conversación silenciosa de la que hablas.
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Deseando estoy de tenerlo entre mis manos…
Ahí estaré, como lectora, habitando sus trazos…
¡Enhorabuena!
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Muchas gracias también a ti. Me gusta la idea del libro como habitación, de modo que pasa y sé bienvenida.
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Llevo años preguntando por tu libro, me alegro muchísimo de que por fin vea la luz. Me llega en unos días, lo que pude leer, esos pequeños extractos que gentilmente me enviaste dejan claro de que estamos ante un trabajo de gran importancia. Un abrazo José Andrés
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Muchas gracias, Marcos. Aunque ha pasado tiempo, no me he olvidado de ti; afinidades no nos faltan. Espero que tan larga demora sea finalmente compensada. Te confieso, os confieso, que muchas veces lo pasaba peor pensando en vosotros, los que esperabáis este libro, que en mi propia experiencia. Ahora es vuestro momento.
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Con el libro ya entre mis manos, te doy la enhorabuena, por tu gran labor y enorme esfuerzo. Gracias por tan preciado regalo del cual todos los que estábamos a la espera de que saliera a la luz, disfrutaremos tanto como ver las películas de Sjöström.
Un abrazo
Antonio Muñoz
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Hombre, te lo agradezco en el alma, pero creo que ni el mejor comentario podrá reemplazar nunca el placer que procuran las imágenes de Sjöström, Murnau, Dreyer, Mizoguchi, Ford… Queremos abarcarlas con palabras, pero es imposible. Eso sí, espero que en la lectura encontréis motivo para el disfrute, el debate y hasta el desacuerdo. Aprovecho tu comentario para volver a dar las gracias a aquellos que supisteis de este proyecto hace mucho tiempo y me habéis esperado con tanta generosidad y paciencia.
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Me alegra mucho, muchísimo, querido José Andrés, que el libro haya visto finalmente la luz, y, según dice, de forma tan pulcra y cuidada. ¡Enhorabuena! Ahora lo encargaré para poder bucear en él, en esa luz del norte. Y, de paso, recordar nuestras andanzas nórdicas (o alpinas), que son siempre fuente de gratas memorias. Te mando un fuerte abrazo desde Tenerife. Rafael.
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Muchas gracias, Rafael. Sabes de primera mano lo que supone atravesar el bosque editorial, donde proliferan «monstruos» de variada especie. Afortunadamente, y tras las penosas tentativas de las que fuiste testigo, este Sjöström encontró su destino, que debió ser el primero. Espero que tus aventuras poéticas y narrativas sigan siendo tan estimulantes como las que conozco. Y sí, no me olvido de esas excursiones, ni de las charlas sobre Ramuz/Chappaz, ni de aquellas visitas a la tumba de Rilke. Un fuerte abrazo,
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