PICKPOCKET (Robert Bresson, 1959)
EN CIERTA OCASIÓN, Robert Bresson aseguró que nunca pondría sus manos sobre las grandes novelas de Dostoyevski, sobre Demonios y Los hermanos Karamázov. Sin embargo, en 1959 había entregado la que sin duda es la mejor y más secreta adaptación de Crimen y castigo: Pickpocket, en la que Raskólnikov el asesino se reencarna en Michel el ladrón, un joven solitario que cree en la superioridad de los más aptos.
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LA PASSION DE JEANNE D’ARC (La pasión de Juana de Arco, Carl Th. Dreyer, 1928)
EN EL SOLITARIO CAMINO RECORRIDO POR CARL DREYER, La Passion de Jeanne d’Arc es la estación más frecuentada, el lugar común, fascinante o fastidioso, que concita a creyentes y ateos, devotos y escépticos, curiosos apercibidos y turistas accidentales. ¿A qué se debe su leyenda? ¿Qué la hace tan influyente?
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Sylvie Rousseau (Sandrine Bonnaire) calibra ante el espejo las posibilidades de su plan
CON ALTIBAJOS PERO DE FORMA COHERENTE, el cineasta francés Jacques Rivette logró mantenerse a flote desde los prolegómenos de la Nouvelle Vague –a la que dio su obra más ambiciosa, Paris nous appartient (1957-1960)– hasta 36 vues du Pic Saint Loup, que cierra su filmografía en 2009, siete años antes de su muerte.
Una comedia negra sobre el poder: en su séptima y última colaboración con Chabrol, la excelente Isabelle Huppert interpreta a la instructora de un caso inspirado en el famoso escándalo Elf.
CUANDO EN 2006 SE ESTRENÓ L’ivresse du pouvoir (Borrachera de poder), el entusiasmo por el cine de Claude Chabrol ya se había enfriado bastante, no así el propósito del director francés de meter el dedo en todas las llagas posibles.
Los protagonistas del drama, a bordo de una de las gabarras cuyos nombres dan título a la película
FUE ALGUIEN POCO DADO AL ELOGIO, Sacha Guitry, el que definió a su colega y compatriota André Antoine (1858-1943) como el hombre que revolucionó el arte de la puesta en escena.
François y Marthe, respectivamente interpretados por Gerard Philippe y Micheline Presle
HASTA CIERTO PUNTO ES LÓGICO que el estreno en 1947 de Le diable au corps causase el mismo impacto que la publicación en 1923 de la novela homónima de Raymond Radiguet, joven promesa de las letras francesas fallecido a finales de ese mismo año.
Ultramontana 